Perro COVID

Perro Covid

Se llama Cherry, es un sabueso que bien pudiera ser un Walker Coonhound o un Harrier (Se parece un poco al Beagle pero en grandota) Es muy activa y muy sociable.  Creo que quiere más a los vecinos que a nosotros y no le gusta estar sola. Cherry es una perrita COVID.

“No podemos tener perro porque nunca estamos en la casa”. Mis dos niños han querido tener perro desde que eran muy chicos y nosotros nos oponíamos por que, en realidad, nos parecía que pasábamos poco tiempo en la casa. Por muchos años ese fue nuestro principal argumento pero teníamos otros a la mano por si acaso: Es muy caro tener un perro en Canadá. Los perros necesitan ejercicio. Ustedes no lo van a querer sacar cuando haga frío. Dónde lo vamos a dejar cuando viajemos. El veterinario sale en un dineral.

¿Y si tenemos un perro? Llegó el día en que Pily (mi esposa) y yo nos hicimos la pregunta seriamente. Lo cierto es que los dos crecimos en México teniendo mascota y es una experiencia que siempre recordamos con alegría. Cuando eres niño tu perro es tu compañero de travesuras con la ventaja, para el perro, que a él no le da cargo de conciencia; si tú le permites hacer algo entonces está bien. Como niño, cuidar del perro era muy fácil, mi abuelita vivía con nosotros y ella se encargaba de su alimentación. Yo ayudaba con los paseos y en ocasiones con la limpieza. El perro era una especie de súper juguete, requería más atención, pero también era mucho más divertido. 

No sé qué tuvo más peso: querer darles a nuestros hijos la experiencia de una mascota que no fuera un pez o, aún sabiendo que los roles serían diferentes, querer traer de vuelta algo de nuestra niñez. Tal vez fue simplemente que, al igual que muchas familias en Toronto, nos quisimos unir a la ola de tener perro durante la pandemia.

Nuestro proceso fue el siguiente: 1. Reunir puntos para ganarse al perro (mis niños tuvieron que intensificar sus tareas en la casa y disciplina en la escuela para ganarse al perro) 2. Identificar a la raza adecuada de acuerdo a nuestras preferencias y estilo de vida. 3. Primer golpe de realidad: adoptar a un perro es muy complicado durante la pandemia: las listas de espera son interminables. 4. Segundo golpe de realidad: los perros cuestan mucho dinero en Canadá. Miles de dólares. En México, si no te importa demasiado la raza, siempre encuentras alguien que está regalando cachorros. 5. Pensamos que nos tomaría años poder tener un perro. Después de varias semanas de iniciado el plan sentíamos que no había gran progreso. 6. Un golpe de suerte: un día entre semana, a las 10:00 de la mañana, veo el anuncio que alguien vende cachorros, escribo y soy el primero en la lista.

Total amor a primera vista. Conocimos a Cherry y aventamos nuestra investigación a la basura.  Pensamos que era un Jack Russell (raza que habíamos descartado en un principio) pero resultó ser de una raza que no sabíamos que existía. Pensamos que sería pequeña y tuvimos que cambiar su casa en dos ocasiones porque seguía creciendo. Muerde todo como buen cachorro y su nivel de energía es interminable. Descubrimos que su raza es muy difícil educar pero los perros COVID tienen una gran ventaja: ahora pasamos la mayor parte de nuestro tiempo con ellos.

Poca gente habla del aspecto social de tener un perro. Antes, no nos era evidente lo fácil que es interactuar con alguien que tiene un perro. Gracias a ella hemos conocido a vecinos que nunca habíamos visto a pesar de llevar 8 años en nuestra casa. Ahora hablamos con más gente en el parque, compartimos tips de entrenamiento y organizamos pet play-dates. Hasta niños, cuya habilidad para ignorar la presencia de adultos es notable, se acercan a platicar.

En la vida, es normal que nuestros intereses así como las circunstancias familiares, nos hagan pertenecer a muchos grupos diferentes, muchas tribus. Por ejemplo: está la tribu de los corredores, los padres de familia con hijos que juegan tenis y las señoras que tejen macramé. Cada una de estas tribus con una cultura característica. Para mí grata sorpresa, encuentro al grupo de dueños de perro como uno de los más diversos -cientos de razas para cientos de personalidades-, también es uno de los menos competitivos: todo dueño tiene un gran perro y no tiene problemas en apreciar las cualidades de tu propio perro. Por último, es un grupo muy dispuesto a conversar. Después de todo, apreciamos los perros y queremos saber de otras razas, otros parques, otras formas de entrenamiento, mejores alimentos; es decir, como hacer de nuestra vida con mascota algo más placentero.  

La vida de Cherry gira alrededor de la comida, pasear para conocer gente y perros y recargar energía para repetir el ciclo. Nuestra vida gira alrededor de Cherry. Ha sido un cambio positivo que habría sido más complicado organizar en una época diferente. Cherry es nuestra perrita COVID.

r.c.d. kreimerman

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