La tierra gira alrededor del sol en exactamente 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos. Y esto es lo que nosotros los humanos llamamos un año.
Según los historiadores, Miguel de Cervantes Saavedra, uno de los más grandes escritores en lengua española, murió el 23 de abril de 1616. William Shakespeare, uno de los más grandes escritores en lengua inglesa murió también el 23 de abril de 1616. Como homenaje a sus grandes aportaciones a la humanidad, el 23 de abril celebramos el día del idioma inglés y el día del idioma español (también conmemoramos en la misma fecha: El día del libro -Canadá-, día de matar al dragón y el día del English Muffin) la paradoja es que a pesar de que Cervantes y Shakespeare murieron en la misma fecha, ellos murieron con 10 días de diferencia. ¿Cómo es esto posible?
Según lo relatado por el erudito Richard Armstrong, Cervantes murió en España, que había adoptado el calendario gregoriano cuando se proclamó en 1582. El calendario gregoriano era una versión reformada del calendario juliano (proclamado por Julio César) y comenzó en el Imperio Romano en el 45 a. e. c. (antes de la era común). Esto, a su vez, también fue una reforma del calendario romano que se dice se instituyó alrededor del 738 a. e. c. Shakespeare murió en Inglaterra, que todavía usaba el calendario juliano (hicieron el cambio al gregoriano en 1752). En realidad, Shakespeare murió 10 días después de Cervantes, el 23 de abril en el calendario juliano o el 3 de mayo en el gregoriano.
¿Por qué había dos calendarios en primer lugar? Si eres como yo, te tomó años comprender la idea de que un año no tiene exactamente 365 días y que se necesita un día adicional cada cuatro años para volver a poner las cosas en orden. Bueno, allá por el año 45 a. e. c, el emperador romano Julio César ordenó un calendario que constaba de doce meses basados en un año solar. Este calendario empleaba un ciclo de tres años de 365 días, seguido de un año de 366 días (año bisiesto). ¿Suena familiar? Bueno, el problema era que el año juliano era demasiado largo. Ten en cuenta que 5 horas, 48 minutos y 56 segundos multiplicado por cuatro es igual a 23 horas, 15 minutos y 44 segundos. Cuando sumas 24 horas cada cuatro años, estás alargando el año por 44 minutos y algunos segundos. Eso es un día completo cada 130 años.
A lo largo de los siglos desde el año 45 a. e. c., el año calendario se fue retrasando gradualmente y en 1582 los equinoccios ocurrían 10 días antes. El Papa Gregorio XIII pidió que esto se corrigiera. El nuevo calendario se adoptó en octubre y se eliminaron 10 días del calendario. El 5 de octubre fue seguido por el 15 de octubre. La innovación del nuevo calendario fue la forma en que se calculan los años bisiestos: cualquier año que sea divisible por 4 es un año bisiesto; sin embargo, si ese año es divisible por 100, por ejemplo 2000, el año se considera bisiesto si también es divisible por 400. El resultado es que la próxima vez que se saltará un año bisiesto es el año 2100. Los países católicos y sus colonias fueron los primeros en adoptar el nuevo calendario, pero tomó siglos para que el resto del mundo adoptara el calendario que usamos hoy.
rcd kreimerman
Recursos:
https://www.uh.edu/engines/epi2368.htm#:~:text=Here’s%20a%20puzzle.,die%20on%20the%20same%20day.
https://en.wikipedia.org/wiki/Julian_calendar
https://en.wikipedia.org/wiki/Roman_calendar
https://www.britannica.com/science/Roman-republican-calendar
https://libguides.ctstatelibrary.org/hg/colonialresearch/
https://www.grc.nasa.gov/www/k-12/Numbers/Math/Mathematical_Thinking/
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R.C.D. Kreimerman,Ingeniero de formación, mercadólogo por accidente y emprendedor por elección. Ha trabajado en empresas como Coca-Cola, Grupo Bimbo, Lala y Nielsen. Desarrolla contenidos para páginas web y es el fundador de Bold74: agencia digital boutique dedicada a ayudar a emprendedores a que su presencia digital sea inteligente. Vive en Toronto desde 2011 con su esposa, dos hijos y ahora también una perrita que bien pudiera ser una mezcla de Beagle con algo más.
R.C.D. Kreimerman, Engineer by training, marketer by accident, and entrepreneur by choice. He has worked in companies such as Coca-Cola, Grupo Bimbo, Lala and Nielsen. He develops content for web pages and is the founder of Bold74: a boutique digital agency dedicated to helping entrepreneurs make their digital presence smart. He has lived in Toronto since 2011 with his wife, two children and now also a dog that could well be a Beagle mix with something else.