Siempre que veo carreras de autos, siento que eso es lo que los pioneros del automóvil tenían en mente cuando inventaron el auto. Las ciudades crecieron y los automóviles se volvieron omnipresentes, trayendo a lo largo del camino un subproducto desagradable: los embotellamientos. Es pertinente mencionar que la mayoría de los propietarios de automóviles no aprovechan al máximo las capacidades de sus vehículos. Los fabricantes continúan produciendo máquinas de carreras que estarán paradas en el tráfico y bellezas todo terreno que nunca verán un camino de terracería. Los coches se utilizan sobre todo para ir del punto A al punto B a pesar de haber sido diseñados con fines más lúdicos.
Los seres humanos crearon ciudades como consecuencia de una mayor especialización y comercio. Las ciudades permiten que las personas compartan su trabajo y se beneficien del trabajo de otras personas. Hoy en día hay más de 7 mil millones de personas en el mundo, la mayoría de ellas viviendo en ciudades. Según algunas proyecciones, la población seguirá creciendo, estabilizándose en alrededor de 11 mil millones. Esto podría suceder alrededor del año 2100. Todos los días, en ciudades de todo el mundo, ocurre un pequeño milagro: millones de almas trabajan, estudian, crean, protegen, interactúan, curan, comen, juegan, aman y se mueven de un lugar a otro haciendo ciudades entidades vibrantes.
A medida que la población continúe creciendo por los próximos 80 años, surgirán nuevas ciudades y las existentes aumentarán en tamaño y densidad. Moverse de una manera más eficiente es un desafío hoy y seguirá ganando importancia en los próximos años. Necesitaremos nuevos caminos, pero sería prudente exigir un mejor uso de los caminos existentes. Necesitaremos más lugares para estacionar nuestros vehículos, pero no queremos ceder nuestros espacios verdes a los autos inactivos. También se necesita una red de transporte público integral, que generaría ciudades más habitables y una alternativa viable al uso de automóviles. Una solución que haría posible un mejor uso de los caminos también es una solución que está casi lista para su implementación masiva: los automóviles autónomos.
Imagina que la próxima vez que vayas a trabajar lo hicieras en tu coche autónomo. Tu viaje normal solía ser de 1 hora, pero no era raro (accidente, construcción o clima) que te tomará mucho más tiempo. Como no te preocupas por el camino podrías estar desayunando, leyendo las noticias, tomando una siesta o teniendo tu primera reunión del día. Ahora, debido a que tu automóvil está «hablando» con los automóviles que lo rodean, sabe cuándo detenerse y acelerar. Esto reduce el espacio necesario entre automóviles y al mismo tiempo aumenta la velocidad general de la red. Una vez que se empiece a utilizar las calles de forma más eficiente, no será necesario construir tantos caminos ya que se puede cambiar su dirección según la cantidad de tráfico y la hora del día. Todos estos sistemas inteligentes juegan en tu favor, descubrirás que ahora su viaje de 1 hora se ha reducido a sólo 20 minutos. Un pequeño problema, cuando llegas a la oficina descubres que no hay lugar para dejar tu automóvil. El estacionamiento ha sido reemplazado por un espacio verde con árboles hermosos. ¿Qué hacer ahora? Dejas que otra persona use tu coche o, quizás, lo envías al supermercado. Cuando llegue, alguien colocará tus compras en la cajuela. Luego, el automóvil te recogerá cuando esté listo para salir de la oficina.
Estoy de acuerdo, esto suena a ciencia ficción hoy, pero espero que no pase mucho tiempo antes de que veamos alguna versión de esto. Mientras tanto, podemos continuar desarrollando otra forma de viajar, una forma que nos vimos obligados a poner a toda marcha durante la pandemia: él teletrabajo.
Uno de los muchos aprendizajes de la pandemia de COVID-19 es que podemos trabajar desde casa mientras mantenemos e incluso aumentamos nuestra productividad. La tecnología para trabajar desde casa existe desde hace muchos años; sin embargo, en su mayor parte, las empresas han favorecido las interacciones cara a cara. La filosofía predominante era que es mejor que todos estén en el mismo lugar. Las empresas se benefician de la cercanía entre personas y de las conversaciones informales que ocurren junto al garrafón de agua o preparando un café. Han visto fotos de los corporativos de Facebook, Google y Microsoft?-sólo por mencionar algunos- Estas empresas han construido espacios de oficina fantásticos que inspiran, fomentan interacciones y, lo más importante, aumentan la productividad. Su objetivo es lograr un equilibrio entre minimizar las distracciones y favorecer los encuentros aleatorios. Si no ha visto sus oficinas, vale la pena buscarlas en Google.
Pero ahora el mundo está cambiando y el paradigma está moviéndose hacia una mayor flexibilidad. A raíz de la pandemia, incluso los gigantes tecnológicos antes mencionados están reconsiderando su enfoque para trabajar desde casa para permitir menos tiempo en la oficina. Kevin Kelly, que por cierto es un líder de opinión muy divertido y perspicaz, habla en su libro “Lo Inevitable” sobre la realidad virtual. Describe cómo la realidad aumentada y la realidad virtual pueden impregnar todos los aspectos de nuestras vidas. Explica que cuando estás inmerso en un entorno de realidad virtual, parte de tu cerebro sabe que estás en un entorno prefabricado; sin embargo, otra parte lo experimenta como si fuera algo real. La realidad virtual sería como pasar de un Internet del conocimiento a un Internet de experiencias. Hablar de esta tecnología en un entorno de oficina abrirá la puerta a nuevas formas de interactuar. Sentiremos que estamos en el mismo lugar que nuestros compañeros de trabajo en otra parte del mundo y lo recordaremos como si ese fuera el caso.
En el futuro, nuestro amor por los autos permanecerá, pero usaremos diferentes vehículos para transportarnos. Los autos podrán reclamar su papel como extensiones lúdicas de nuestras personalidades.
r.c.d. kreimerman
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R.C.D. Kreimerman,Ingeniero de formación, mercadólogo por accidente y emprendedor por elección. Ha trabajado en empresas como Coca-Cola, Grupo Bimbo, Lala y Nielsen. Desarrolla contenidos para páginas web y es el fundador de Bold74: agencia digital boutique dedicada a ayudar a emprendedores a que su presencia digital sea inteligente. Vive en Toronto desde 2011 con su esposa, dos hijos y ahora también una perrita que bien pudiera ser una mezcla de Beagle con algo más.
R.C.D. Kreimerman, Engineer by training, marketer by accident, and entrepreneur by choice. He has worked in companies such as Coca-Cola, Grupo Bimbo, Lala and Nielsen. He develops content for web pages and is the founder of Bold74: a boutique digital agency dedicated to helping entrepreneurs make their digital presence smart. He has lived in Toronto since 2011 with his wife, two children and now also a dog that could well be a Beagle mix with something else.